Todos los años, DFeria nos sorprende con espectáculos de gran calidad y grandes producciones escénicas. De las mejores que se pueden ver, de hecho, en el territorio español. Este año, en su edición número 28, la feria que se celebra en San Sebastián (País Vasco) vuelve a permear en la piel de los espectadores con magníficos shows. Ha sido el caso de Dendu, una obra espectacular con la fachada de los ‘cubos’ de la Kursaal como escenario vertical.
Cuatro bailarinas de la compañía vizcaína Harrobi Dantza Bertikala se han presentado colgadas en una de las fachadas del espectacular Kursaal. Ellas, mirando al mar y el espacio convertido en pista de baile, mientras los músicos de Oreka TX hacían sonar la txalaparta y otros instrumentos, en una mezcla del «más difícil todavía» y de la fusión de manifestaciones artísticas. Los cientos de espectadores congregados en las terrazas de los ‘cubos’ donostiarras aplaudieron el estreno de ‘Dendu’, en una imagen que se convierte ya en uno de los iconos de la presente edición de DFeria, como ha explicado el Diario Vasco.
Dendu es equilibrio, en DFeria
Dendu es sinónimo de equilibrio en euskera. Encaja en el ‘oreka’ que da título a esta edición de la feria, que se lleva a cabo todos los años.
Los responsables del montaje lo explican así a la prensa: “Para que haya equilibrio, ‘dendu’, el blanco necesita del negro; la tesis, de la antítesis; la luna, del sol. Solo de ese antagonismo surgen el gris, la síntesis, el eclipse. Esa conjunción es la expresión máxima del equilibrio. De la oposición al acercamiento; del acercamiento a la confluencia; de la confluencia a la hibridación. En busca del dendu”.
Janire Etxabe, de Harrobi Dantza Taldea, y Harkaitz Martinez de San Vicente, de Oreka TX, son los directores artísticos de este trabajo colectivo que firman también los demás componentes de la compañía de danza (Alejandra Perez, Sara Mohino y Del Perera) y de Oreka Tx (Mikel Ugarte, Mixel Ducau, Iñigo Egia y Juanjo Otxandorena).
Una fachada “complicada”
Janire Etxabe reconocía la complicación que supone una fachada tan especial como el Kursaal. Aunque admitía que había sido un reto “muy interesante” en el que trataron de contrastar la moderna arquitectura del edificio de Moneo “con coreografías inspiradas en nuestra tierra”. También Harkaitz Martinez de San Vicente destacó que era otro desafío acompañar con la txalaparta un baile vertical, aunque también recordó que es “uno de los pocos instrumentos que también se ‘tocan’ verticalmente”.
Con información del Diario Vasco.
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