¿Por qué seguimos asistiendo al teatro? ¿Qué nos hace volver una y otra vez? Partir de estas premisas en el Día Nacional del Teatro. Un arte que existe a. C. y que continúa más vigente que nunca en el mundo, la magia de las interpretaciones, el vivir historias, el fundirse en un espacio donde traspasan las emociones, la respiración, la risa, el silencio, eso y mucho más te lo da el teatro.
El teatro nos invita a comulgar con nosotros mismos y a resonar con lo que somos como individuos y como sociedad. Desde reconocernos hasta rechazarnos, todo depende de cada persona.
Actualmente, el teatro es una de las artes que nos permite el contacto humano, la interacción física que tanta falta en estos tiempos que pareciera que estuviéramos más conectados; sin embargo, pareciera que es, al contrario, cada vez estamos más aislados cada quien en su “isla interactiva”.
Por ello les consulté a un grupo de personas que son asiduos al teatro en Caracas:
¿Qué te motiva ir al teatro?
“Me motiva ir al teatro, la pasión que siento por él, los diversos universos que se pueden recrear sobre las tablas, las maneras en las que los actores prestan su cuerpo para crear personajes. Eso me motiva a ir al teatro, pero aún más todas las posibilidades de reflexión que dispara, un buen argumento, una buena puesta en escena.
Me llaman la atención obras que me inviten a la reflexión, pero también obras con las que pueda conectarme por un momento para reírme, para salir de mi realidad, para conocer, a través de las obras de teatro, los diversos universos que pueden construir los personajes”. Aymara Lorenzo, periodista.
“Las cosas que me resultan atractivas son, en primer lugar, el teatro de texto. El teatro, como experiencia literaria, poética, me atrae muchísimo. Los clásicos Shakespeare, Chejov, Ibsen, Steinberg o los más modernos Beckett, Lorca. Yéndonos más hacia atrás, Calderón de la Barca, Lope de Vega.
Soy muy de texto y muy de los clásicos difíciles de ver hoy en día en Venezuela. Lamentablemente, también me puede resultar muy atractivas. Me pueden resultar muy atractivas las propuestas rompedoras desde el punto de vista estético, visual, vanguardista”. Antonio Planchart, abogado.
“El teatro nos hacen reflexionar y a mí me encanta la actuación en vivo porque además soy una admiradora de la memoria que tienen los actores en verdad y de la facilidad que tienen para salir de un bache, de un problema que haya ocurrido, de un olvido.
Además, yo soy como hipersensible para ciertas cosas y me gusta mucho ver porque el teatro es tan cercano que hace que uno se emocione mucho más, está ahí y te sientes que estás muy cerca y si te vas a reír te ríes muchísimo”. Gaby Arocha, abogada.
“El teatro es un ritual, es un encuentro, uno va el teatro y desde que está afuera esperando, entras a la sala, se hace un silencio, llegan los actores y cuando empieza entramos en un juego donde todos vamos a aceptar que eso que ellos están jugando es verdad y nos interesa y nos conmueve.
Es un rito hermoso desde que las luces se apagan hasta que se encienden, sales de la ciudad de la realidad en que estas y te metes en otra con gente de carne y hueso frente a ti. Te hace sentir que sí estas en el mundo después de todo, que no estás en este sistema de carencias, calamidades y de obstáculos para todo”. Héctor Torres, escritor
“Lo que me motiva a ir al teatro es entrar en esa dimensión de lo posible de lo emocional, pasar del llanto a la risa, de la risa a la rabia, de la rabia, la emoción. Yo creo que es un coctel de sentimientos lo que me permite disfrutar y drenar cuando lo vivo, lo vivo realmente”. Maglys Noguera, ingeniero industrial.
“Para mí el teatro es ilusión, diversión, reflexión. Cuando encuentro todo eso en una obra, recuerdo porqué sigo yendo al teatro. Considero al teatro, como la mejor versión 3D que existe. Me interesa ver realismo, la entrega del actor, y la manera de contar la historia, así como el cuidado en la escenografía”. Juan Carlos Zamora, informático.
Sin embargo, no es un secreto que se ha reducido la cantidad de espectadores en las salas de teatro en los últimos años, en Caracas son múltiples los factores que existen, por ello también les pegunté:
¿ Qué les puede impedir ir al teatro?
“Lo que me aleja del teatro. Y confieso que últimamente no estoy yendo tanto precisamente por eso. Se podría resumir en una sola palabra la trivialidad. Que el teatro sea algo trivial, que sea autocomplaciente, que se dedique a los pequeños problemas que podría que pudiera ver en mi vecino o en mí mismo, es algo que me aleja.
También creo que el teatro en Venezuela se ocupa últimamente de temas que ya están agotados. Hay una obsesión por temas como la migración o por temas como una mirada nostálgica hacia el pasado, que lleva a la revisión de figuras como filosofía inversa”. Antonio Planchart
“La verdad a veces son muchos factores, a veces un asunto es de tiempo, dinero también muchas veces. Aunque el teatro aquí no es caro la verdad y hay montajes que no me interesan realmente, no es que soy un fan del teatro.
En general hay montajes que me interesan más que otros, por ejemplo, los que se presentan en la sala plural del trasnocho por ese carácter experimental, me gusta más eso que un escenario “allá arriba” no me llaman la atención como puede pasarte con una película o con un grupo musical”. Héctor Torres
“Por no, no buscarme el tiempo para asistir a y hacer las cosas que me gustan. La economía también porque ahorita está costoso, pero también me encantaría por ejemplo ver una obra de teatro a la semana, pero lo más económico que puede costar una entrada es 15$, estamos hablando de 60 $ mensuales”. Mariana Núñez, ingeniero civil.
Sólo dos razones para no ir al teatro, la económica y otra, que no me interese el trabajo del dramaturgo o dramaturga. Claudia González, diseñadora tridimensional.
La parte económica afecta, es un sentimiento nacional y los lugares que no sean tan lejos de donde uno vive porque el transporte a veces no es tan eficiente. Maglys Noguera.
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